La salud oral va más allá de tener dientes alineados y una sonrisa estética. Problemas como las encías retraídas y los dientes sensibles son comunes y, si no se tratan a tiempo, pueden afectar gravemente tu calidad de vida. Conocer sus causas, síntomas y soluciones es clave para prevenir complicaciones mayores.
¿QUÉ SON LAS ENCÍAS RETRAÍDAS?
La retracción de encías ocurre cuando el tejido gingival se desgasta o se desplaza, dejando expuesta la raíz del diente.
Esta enfermedad de las encías aumenta el riesgo de sensibilidad dental, caries y hasta pérdida de piezas dentales.
Entre las principales causas se encuentran:
01
Acumulación de placa y enfermedad periodontal: la gingivitis y periodontitis destruyen progresivamente el tejido que sostiene al diente.
02
Cepillarse los dientes demasiado fuerte o con cepillos de cerdas muy duras.
03
Uso de piercings orales, que rozan las encías y las lesionan.
04
Bruxismo o hábito de rechinar los dientes, que genera presión constante sobre las encías.
05
Factores genéticos o mala posición dental.
Dientes sensibles: un síntoma frecuente
La sensibilidad dental es un problema dental que se manifiesta como un dolor agudo y breve al consumir bebidas frías, calientes, dulces o ácidas.
Ocurre cuando la dentina (capa interna del diente) queda expuesta por el desgaste del esmalte, la retracción de encías o problemas como el bruxismo.
Los principales desencadenantes son:
- Desgaste del esmalte por consumo frecuente de alimentos y bebidas ácidas.
- Productos blanqueadores mal empleados.
- Limpiezas dentales profundas o tratamientos odontológicos recientes (de forma temporal).
- Encías inflamadas que dejan al descubierto las raíces.
Síntomas a tener en cuenta
- Dolor al cepillarse o usar hilo dental.
- Encías sensibles, inflamadas o que sangran con facilidad.
- Dolor en la mandíbula, asociado al bruxismo.
- Sensación de dientes “flojos” en casos de enfermedad periodontal avanzada.
- Dientes más largos de lo normal, debido a la retracción gingival.
Consejos básicos de prevención, soluciones y tratamientos
El cuidado y tratamiento de la salud dental depende de la gravedad del problema, pero siempre comienza con una buena higiene oral: cepillarse con un cepillo de cerdas suaves, usar pasta para sensibilidad e hilo dental.
En casos más avanzados, el odontólogo puede recomendar limpiezas profundas, injertos de encía, barnices de flúor o férulas para el bruxismo. Además, es clave corregir hábitos como el consumo excesivo de bebidas ácidas o tabaco.
Para prevenir complicaciones, se recomienda cepillarse después de cada comida, usar hilo dental, evitar masticar objetos duros, controlar el estrés y acudir al dentista con regularidad.
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Las encías retraídas y los dientes sensibles no deben ignorarse. Detectarlos a tiempo y buscar tratamiento puede marcar la diferencia entre conservar una sonrisa sana o enfrentar complicaciones mayores como la pérdida dental.
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